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"Es la mundanidad humana la que salvará a los hombres de los peligros de la naturaleza del hombre"
Hannah Arendt

05 marzo, 2014

Y EL MALESTAR SE HIZO CALLE: PROTESTAS E INDIGNACIÓN EN VENEZUELA



ESCENARIOS EN INTERACCIÓN


 















MARÍA TERESA URREIZTIETA  

(Publicado en Guayoyo en Letras. #VenezuelaEnCrisis Segunda Edición Especial, 24-02-2014)


Diciembre 2013: Los escenarios posibles para el 2014.

En diciembre pasado, nos reunimos tres estudiosos de las ciencias sociales –un politólogo, una socióloga y una psicóloga social-, para intercambiar nuestras miradas e interpretaciones acerca de lo que estaba ocurriendo en Venezuela y de lo que podría comenzar a pasar a partir del mes de enero del 2014. Luego de revisar cómo estábamos viendo la cosa, nos sorprendió mucho que cada uno tuviera una hipótesis distinta a la de los otros dos, en cuanto a los escenarios posibles que podrían presentarse en el 2014. Esto nos estaba hablando, una vez más, de la gran complejidad de lo que está sucediendo en Venezuela, por lo que las explicaciones que podíamos presentar cualquiera de nosotros no bastarían, ellas solas, para tratar de comprender lo que ocurre y hacia dónde nos dirigimos. Por ello, estos intercambios son muy necesarios, pues nos permiten, de manera muy rica, ir armando el rompecabezas de manera colectiva en la medida en que nos vamos escuchando con atención al compartir experiencias y saberes. Como punto de partida se entiende que ninguno tiene la razón ni quiere imponer su visión, simplemente expone lo que va analizando e interpretando de la situación, para así contribuir a elaborar un mapa y sus escenarios posibles.  Es un rico ejercicio de pluralidad y colaboración.

Los tres escenarios que se presentaron como más probables fueron los siguientes:
1.   La salida militar: Se argumentó que, dada la fragilidad institucional, la profunda crisis política y de gobernabilidad que estaba en ese momento –y está- asomando su rostro más sombrío,  podría ocurrir, como escenario más probable, que un grupo de militares descontentos con la manera cómo se está conduciendo el país, se pusieran de acuerdo para pedirle la renuncia al Presidente Maduro. Es decir, que se decidieran a dar un golpe “seco” para dar paso a un periodo de transición bajo tutela militar, cuyo objetivo primordial sería convocar, lo más pronto posible,  a nuevas elecciones.


2.   Inercia, resignación y entreguismo: La otra hipótesis que se presentó tiene que ver con los resultados de las más recientes elecciones regionales y locales, en las que gran parte del pueblo opositor dejó de ir a votar (debido, probablemente, al desencanto, la frustración y la falta de credibilidad en los poderes públicos -particularmente en el CNE-; lo que indica, entre otros factores,  una pobre cultura de lucha política y sus exigencias). Como consecuencia de esta situación, se  perdieron gobernaciones y alcaldías claves que estaban en manos de los partidos de oposición. El escenario propuesto como más probable entonces, explicaba que la sociedad venezolana iba a ir poco a poco acostumbrándose, de manera resignada, al deterioro de la institucionalidad democrática, al déficit democrático; al deterioro de su calidad de vida, a doblegarse sin mucha resistencia a las políticas de sometimiento colectivo del gobierno bolivariano. De esta manera, le quedarían dos opciones: Adaptarse y sobrellevar la vida como se pueda, o “enchufarse “al gobierno para no pasarla tan mal y obtener así algunas de las ventajas que obtienen los sectores más comprometidos con el proyecto político de la revolución bolivariana.


3.   Explosión del malestar social acumulado: El tercer escenario que se presentó como el más probable que pudiera desarrollarse de primero en el 2014, exponía que, sorpresivamente iba a ocurrir algún detonante que podría reanimar la vuelta de las protestas multitudinarias a las calles,  dada la espesura del malestar que se estaba sintiendo; dadas las profundas frustraciones colectivas que se habían estado acumulando,  expresadas por una subjetividad colectiva anegada de pesar, miedo, incertidumbre, rabia, ansiedad; con importantes síntomas de frustración e impotencia para cambiar o mejorar las cosas, sumados al uso político de la coacción, el miedo, la amenaza constante de parte del gobierno para imponer sus políticas. Todo esto en medio de un clima de extrema inseguridad y terror a la violencia criminal que se pasea impune por las calles de Venezuela, la cual, poco a poco, ha ido acorralando la vida cotidiana hasta reducirla a su más mínima expresión.  


¿Cuál de estos tres escenarios se impondría finalmente? Era la pregunta que nos acosaba al final de la reunión. ¿Cuáles otros no estábamos viendo en aquel momento y podrían darnos una sorpresa? Unos cuantos probablemente. De lo que sí estamos conscientes es que, dada esta compleja realidad, la aparición o el predominio de uno de los escenarios no impide que los otros se expresen, que haya aspectos de los tres que se estén desarrollando de manera simultánea o que unos dependan de otros para desarrollarse. En mi caso, no podía dejar de ver cómo el miedo colectivo,  la impotencia, las grandes frustraciones de las comunidades, sumados a la grave crisis económica nos estaban revelando indicadores cruciales que se han estado acumulando de una manera tal, que, a mi entender,  solo faltaban unos cuantos detonantes –hechos que provocan una gran conmoción social hasta lograr desatar las iras de los pueblos-, para que estallara la indignación y se tomaran  las calles para plantarle cara al gobierno opresor. Lo que no quita que esto estimule ruidos de sables y/o que, luego de apaciguarse las protestas, por ejemplo, se inicie una nueva etapa de inercia.
Febrero 2014: Cadena de detonantes y explosión del malestar 

Efectivamente, no fue uno,  sino una serie de detonantes los que aparecieron, los cuales están asociados al clima de inseguridad y violencia en las calles de Venezuela: Homicidios, secuestros y asesinatos cotidianos pusieron la alfombra roja. El asesinato de la actriz y ex miss Venezuela Mónica Spears y su esposo provocó una gran conmoción social; hecho que produjo una profunda tristeza colectiva, reavivando la rabia e impotencia en la sociedad venezolana. Luego, unas semanas después, entre decenas de casos de violencia semanales, un intento de violación de una joven en el campus de la Universidad de Los Andes del Estado Táchira desata la furia de los estudiantes. Centenares de ellos salieron a las calles a protestar contra la inseguridad. Pero lo que termina desbordando las aguas fue la dura represión policial y la detención de estudiantes, quienes sufrieron tratos crueles y vejatorios, circunstancias que dispararon todas las alarmas de la sociedad, incitándola a protestar simultáneamente en las calles y plazas del país.   
Desde entonces, el pueblo indignado, reanimado por las intensas protestas estudiantiles, está en las calles, desbordando su arrojo, defendiendo su dignidad, sus derechos económicos, sociales y políticos con gran  coraje ante los abusos de poder y el desamparo sufrido. Es un actor colectivo que despierta de un largo y costoso letargo, pero que parece estar decidido a defender y construir una sociedad que esté a la altura de todos los venezolanos. En ese escenario es en el que aspiramos luchar y vivir la mayoría de los venezolanos, deseando escribir una nueva etapa en la historia de la democracia venezolana.



@mturreiztieta